Con la cabeza muy alta

Debutar en la segunda competición masculina como entrenador el día de tu cumpleaños debe aunar una adrenalina incalculable, pero si lo haces siendo chica y siendo la primera que lo hace a nivel profesional, los decibelios conllevan algo que puede llevarte al infarto. Corinne Diacre se convertía en la noche del 4 de Agosto en la primera chica que entrena a un club masculino profesional en Europa, y lo hacía poniendo contra las cuerdas a uno de los máximos favoritos a ascender a la Ligue 1, el Stade Brestois. El resultado final de 2-1 pudo ser distinto si el árbitro no se inventa un penalti de Sawadogo a Verdier nada más comenzar la segunda parte o si la pelota de Saadi hubiera entrado en vez de haber topado con el palo. Pese a la derrota, las sensaciones para Diacre deben ser muy positivas, ya que en ningún momento el Brest dio la sensación de tener controlado el encuentro.

El esquema de Diacre fue muy sencillo. 4-3-3 para resguardar mucho en el centro del campo y buscar la profundidad por bandas, donde el ex del Lyon, Novillo y Sawadogo, atacarían la lenta y vulnerable defensa del Brest, su gran eslabón durante las dos últimas temporadas. En el centro del campo, los galones serían para la bestia Ekobo, dando más libertad de movimientos a Capelle y a Moulin, jugadores técnicos capaces de otorgar un pase al espacio para que rompan los siempre móviles extremos citados, añadido a Saadi, recurso a la contra para aguantar y para aunar la pausa. El Brest por su parte, no pudo hacer frente al gran repliegue inicial del Clermont, que obligaba a los de Dupont a enviar balones aéreos para que Verdier y Alphonse prolongaran en busca de la velocidad de Belghazouani, lesionado pronto y sustituido por Laborde, cedido por el Girondins esta temporada y que no pudo contra la bestia Avinel, de lo mejor del Clermont de Diacre en este encuentro.

De un córner en contra surgió el 0-1 del Clermont, donde pudimos divisar lo que quiere la entrenadora francesa. Balón largo a las bandas, centro de Saadi -hizo mucho la permuta de posición en transición- que centra para Sawadogo y forzadamente, pone el 0-1. El 0-1 de Sawadogo fue el primer gol que anota un equipo masculino con una entrenadora en el banquillo. Minutos después, el equipo de Diacre continuó con una especie de 4-5-1 en repliegue, con una basculación amplia. El Brest apenas pudo disparar dos veces en los primeros 45 minutos y se fue al descanso con la sensación de estar sucumbiendo ante un equipo que por nombre es bastante inferior. Sawadogo seguía liándola en la izquierda, y los dos contra uno en banda, apoyados ya fuera por los interiores o por Bockhorni y Pagerie también surgieron efecto en la primera parte.

La entrenadora, cuando el equipo ganaba 0-1, hablando a Eurosport.

La segunda mitad evidenció algo similar a lo vivido en la primera: El repliegue del equipo visitante seguía vigente y Dupont tuvo que colocar a Ramare de pivote defensivo cuando es un llegador. Grougi se colocó en la derecha para evitar las internadas rivales y por momentos el equipo mejoró, hasta que llegó la jugada polémica del encuentro. Balón que roba Verdier con posible plantilla, encara a Avinel y cae en el área. Sawadogo había llegado a la ayuda y sin espacio por donde entrar, chocó con el ex de Gazélec Ajaccio -coincidió con Saadi en Ligue 2-. El penalti descentró al Clermont, que con 1-1 ya no tenía la misma frescura para las ayudas defensivas que si tenía en la primera mitad. El 2-1 llegó gracias a Ramare, colocado de pivote, que vio un pase largo para Alphonse, siempre evidenciando su espectacular habilidad al espacio, batiendo a L’Hostis, al que se le exigió un poco más en el partido.

A raíz del gol, Diacre efectuó cambios. Dio entrada a Nkololo y a Agounon, dos jugadores muy físicos que se colocaron por el carril central, dando libertad a Novillo y Saadi. En una de estas jugadas, el Clermont encontró a Saadi, rompiendo la pelota y colocándola en el palo izquierdo. El Brest, que no quería bajo ningún concepto empatar en su debut, también varió. Se colocó en un 4-5-1 que con Cuvillier sólo tenía la premisa de defender y enviar balones al veterano delantero, que en una de estas jugadas empotró la pelota en el poste. Fue cuando Moulin asumió responsabilidades y comenzó a combinar con Saadi y Novillo. En los últimos minutos, Saadi volvía a tener una ocasión de cabeza pero apareció Thébaux, disfrazado tantas veces y tantas veces de héroe en el pasado, para rechazar el disparo. Corinne no pudo debutar con victoria pero las sensaciones fueron más que positivas.