Deschamps encuentra la clave

Didier Deschamps estaba muy confuso. Muchísimo. Si no metía a Francia en el Mundial de Brasil, la catástrofe iba a ser escandalosa. La contundente derrota en la ida de la repesca ante Ucrania por 2-0 fue un aviso para los galos: O se ponían las pilas o se quedaban sin un Mundial tras 16 años.
Deschamps había variado su estilo de juego en los últimos años. En el OM le ocurrió lo mismo. Continuamente busca las variaciones tácticas intentando buscar el mayor rendimiento posible para el equipo. Para un entrenador, acostumbrarse a sus jugadores requiere un tiempo muy amplio, pero para Deschamps parecía eterno. El problema ante Ucrania estaba muy claro. Ni Matuidi ni Pogba son medio centros posicionales ni pivotes y si no juegan con algún jugador por detrás, sufren de manera abrumadora a su espalda. La solución podría ser colocar a un medio centro por detrás de ellos, para que estos tuvieran libertad absoluta para incorporarse al ataque.
Deschamps se la jugó. Colocó a Cabaye por detrás de Matuidi-Pogba y el resultado no pudo ser más positivo. Victoria por 3-0, sin recibir apenas ocasiones y con un Matuidi imperial, desatándose en ataque, gracias a las continuas coberturas de Cabaye, que pese a no ser un medio centro posicional ni mucho menos, sabe adaptarse a la posición de ‘5’ a las mil maravillas.
Tras la repesca, el próximo rival sería Holanda. Una Holanda venida a menos en los últimos años pero que en el último partido ante Francia había conseguido una victoria que dejó muy tocado a los de Domènech en la Euro de 2008. Había ganas de venganza, y por ello, Deschamps introdujo pocas variaciones tácticas con respecto al partido vs Ucrania.
1) Dejar iniciativa al rival para contra feroz.
Francia es un rival caracterizado por tener en sus filas a jugadores que combinan la velocidad, la potencia, la técnica y el talento. Deschamps es consciente de ello y por ello, implanta un 4-3-3 con laterales muy ofensivos y un trivote que ejecuta a la perfección el músculo y la técnica. Cabaye guarda las espaldas mientras que Pogba se descuelga un poquito más que Matuidi en ataque posicional. En defensa, es el jugador del PSG quien presiona a los medio centros rivales para intentar una contra veloz.
De un robo de Matuidi llegó el segundo gol de Francia. Robo del jugador del PSG, pase en profundidad de Benzema a Valbuena, que sólo tiene que centrar para que Matuidi de una manera espectacular bata a Cliessen. Matuidi tiene un dón al alcance de pocos: Sabe interpretar la jugada, sabe como y cuando atacar la pelota y pisar el área y además, es muy rápido de piernas. Pero vayamos al pasado, ¿No les recuerda esta jugada al OM de 2012? Robo de M’Bia, pase en profundidad a Amalfitano para Brandao y gol del equipo del sur. Son variaciones que ya utilizaba en Marsella y que en su día le dieron la Ligue 1, además de dos Coupe de la Ligue. Deschamps ante Ucrania también le dio la iniciativa a su rival, para presionar muy arriba e irse al ataque constantemente. El robo + contra es un sello de identidad al que pese a que lo ha intentado variar en Francia, es prácticamente invariable.
2) Permutas de Valbuena, un clásico ya.
Mathieu Valbuena mide muy poco. Cuando le ves a primera vista crees que es un simple jugador, del montón, que no aporta nada. Y cuando le ves jugar, para ver que es media punta, piensas porque juega si no regatea, si no tiene un regate sutil y eficaz y si tampoco marca muchos goles. En general, Valbuena no será ni el más técnico, ni el más rápido, ni el más bueno. Pero es que tiene la capacidad o la habilidad de atraer rivales con sus continuos cambios de posición.
Revisen estadísticas de Valbuena en los últimos años. Casi siempre es el jugador que más corre, que más se deja la piel y que más sudor derrocha. Sus permutas provocan que los centrales duden, que las defensas tengan esas incertidumbres que son letales para provocar un gol a favor, o de incluso perder un torneo. La importancia de Valbuena en el OM es indispensable. Es un jugador que tiene una conducción presurosa, que provoca que a la contra sea además de un comodín con sus permutas, un líder a la hora de conducir y de servir últimos pases.
Permutas y calidad. Valbuena reúne dos cualidades indispensables para cualquier equipo. Sus permutas con los delanteros vienen de la época de Deschamps. Didier le dijo que no le quería en 2008, cuando llegó al OM procedente de 3ª francesa. Antes, había sido expulsado de la cantera del Girondins. Valbuena no iba a jugar en el OM por ser el que más regateaba, y entonces se machacó un verano entero, sin vacaciones, para mejorar físicamente. El progreso fue muy considerable y Valbuena en pocos años se convirtió en un modelo para los media puntas modernos.
En Francia, Valbuena juega más adelantado que en el OM, por lo que su grado de peligro aumenta en proporción. Pegado a la derecha, continuamente lanza diagonales hacia dentro para habilitar en la banda las subidas de Debuchy o Sagna. Si con defensas cerradas es un jugador idóneo para romper bloques organizados, con espacios, su facilidad para generar peligro es impresionante. En el segundo gol de Francia, su importancia a la hora de pensar, pararse y poner un centro medido a Matuidi le definen a la perfección. No se valora su importancia, pero Valbuena es el jugador más sereno de esta selección.
3) Por fin encuentra equilibrio.
Para Deschamps, al igual que la mayoría de entrenadores del mundo, el equilibrio táctico es un pilar fundamental para aspirar a cualquier torneo mundial. Didier ha utilizado a muchos medio centros a lo largo de los últimos años, pero nunca ha descubierto el esquema ideal para los suyos. Como ya hemos citado, con Cabaye-Pogba-Matuidi, el cambio fue fastuoso.
Había muchas dudas sobre si Cabaye iba a dar este equilibrio que tanto exigía el ex entrenador del OM. Cabaye es un jugador en el que predomina por encima de otra cualidad su técnica. Pero en su último año en el Newcastle, empezó a jugar al lado de Tiote y ha adquirir unas cualidades tácticas que sorprendieron a más de uno.
En diferencia a los otros medio centros que pueden ocupar dicha posición, Cabaye tiene un exquisito toque de balón. Reunir técnica y táctica actualmente en un medio centro es muy difícil, de ahí que Deschamps siga utilizándolo en esta posición. En el OM, Deschamps solía jugar con Valbuena y M’Bia de interiores, escoltados por Alou Diarra. Aquí tiene a dos llegadores además del comodín de Valbuena en ataque. Un lujo para Francia, que además en ataque, como ya hemos citado también, combina técnica y velocidad.
Habrá que seguir a Francia antes del Mundial, pero lo provechoso es que ya tiene el alivio de haber encontrado por fin un estilo acorde sus jugadores.