Después del partido, les tocó hablar a los presidentes…

Tras el pitido final en el Vélodrome, se acabó el partido en el terreno de juego, pero los presidentes de los clubes quisieron empezar el suyo particular con reproches mutuos. Es el triste colofón  a un encuentro que tuvo de todo en el tema extra deportivo.

Ese partido particular lo empezó Labrune cuando el colegiado paró el partido: «Lo ocurrido en el partido nos ha llevado a esta situación. Todos debemos vernos en un espejo y reconocer los errores, yo asumiré mis responsabilidades.»  Al acabar el partido Labrune siguió lanzando sus dardos: «Hay equipos que juegan a menudo en superioridad numérica y les pitan muchos penaltis. Como el Lyon.»  Incluso dada la situación que se presenta para el club, bromeaba el presidente marsellés: «Bravo sobre todo al Lyon. No, es una broma», soltaba eso ante el asombro de los presentes. También tuvo tiempo para elogiar a los suyos: «El OM tiene un equipo de gladiadores. Quiero felicitar a mi entrenador y a mis jugadores por conseguir este punto.»

Estas declaraciones de Labrune unidas a lo sucedido en el estadio hicieron a Aulas entrar en escena, y como no se corta en estas plazas entró a defender a los suyos y alabarlos: «Merecíamos de largo la victoria.» «Valbuena ha respondido a sus detractores de una forma excelente. Ha estado brillante.»  Pero también tenía recados para su homologo marsellés: » Labrune es joven, poco a poco irá aprendiendo los peligros de ser presidente, la responsabilidad.» Empezó suave pero poco a poco se fue poniendo tenso «Labrune no tiene ninguna objetividad.» «Es un guiñol» «Si lo de hoy pasa en Córcega el partido no se acababa y cerrarían el campo.»

Aulas