El Lyon hunde más al Mónaco

La resignación del Mónaco con Rybolovleb cada día es mayor. El mega proyecto monegasco, iniciado por el ruso con millones y millones de euros tiene sus días contados, y más tras la tercera derrota en cinco jornadas del Mónaco en la Ligue 1, esta vez ante un rival directo como el Lyon y sin dar síntomas de haber asimilado aún las bajas de James Rodríguez y Radamel Falcao.

La propuesta del Lyon de Fournier por fin convenció. Venía el ex técnico del Reims de realizar partidos muy pobre con una especie de 4-3-3 en el que el centro del campo se encontraba en defensa a mucha distancia de la delantera y la defensa. Pues bien, Fournier no sólo solucionó este problema, sino que por medio de Ferri y Fekir -dos canteranos a los que no se les esperaba hoy- han roto a Toulalan, uno de los mejores medio centros de la Ligue 1. Su movilidad y su asociación provocaron que el Mónaco no superara el 40% de posesión en el tramo inicial del partido. Sólo por medio de alguna internada de Ocampos o detalle de Berbatov los de Jardim encontraban algún tipo de oxígeno. La espalda de los laterales era bien aprovechaba por este innovador sistema de Fournier que, atravesado el ecuador de la primera mitad, encontró la vulnerable espalda de Carvalho y Raggi -lentos como siempre- por medio de Fekir. El media punta batió a Subasic y fue entonces cuando empezamos a divisar al mejor Mónaco.

Al tener a dos futbolistas como Moutinho y Kondogbia en el centro del campo, es evidente que más allá de su pasividad defensiva, ambos son jugadores que deciden encuentros. Moutinho comenzó a combinar con el ex del Sevilla, que inició una metamorfosis muy propia de él en sus mejores tiempos. Kondogbia no está cómodo en el Mónaco de Jardim pero su actitud es irreprochable. Robo a Tolisso, jugada marca de la casa del internacional en las inferiores de Francia y gol de Ocampos. El 1-1 resucitó al Mónaco y sobre todo a Kondogbia. La peor noticia para el medio centro del Mónaco fue la del final de la primera mitad. Estaba resurgiendo la bestia y el Mónaco estaba haciendo mucho daño en el aspecto táctico, sobre todo en cuanto a balón parado se refiere.

En la segunda parte, guión similar al final de la primera. El Mónaco lanzado a por el partido, abriendo brecha en las bandas, donde Tolisso volvió a evidenciar que no es lateral izquierdo. Berbatov tuvo dos ocasiones muy claras de cabeza pero apareció un Anthony Lopes que de no conocerles, podríamos haber dicho que era el clon de Lloris en la noche de hoy. Fournier quitó a Mvuemba para ganar profundidad con N’Jie y Carvalho-Raggi probaron otra vez su vulnerable espalda para ver como Tolisso, sí, Tolisso, lateral izquierdo, batía a Subasic tras una gran jugada del canterano recién entrado en el campo. Lo gracioso de la jugada fue ver a Raggi andando. El central italiano se fue hasta la frontal a por Fekir y después no bajó a realizar la cobertura que Toulalan le había proporcionado en la jugada. Una imagen vale más que mil palabras.

Hubo muy poco del Mónaco. Ni Kondogbia ni Moutinho ni Berbatov ya recibían balones y todo gracias a una presión intensa del Lyon, que con N’Jie y Gourcuff varió su esquema a una especie de 4-3-3 en transición ofensiva. El Mónaco resurgió de las cenizas con la entrada de Germain y Martial y le dio otro aire al club monegasco en ataque. Pero más allá de eso, estaba Anthony Lopes en la portería y Lacazette se vistió de líder para recibir todos los balones y convertirlos en bombas de oxígeno para descongestionar el ataque del Lyon. Más allá de eso, el partido llegaba a su fin y Jardim sorprendió a todos con la entrada del joven Aboubakar Kamará, de 19 años. De Falcao a Kamará, suena a película del oeste y todo. Kamará no es Falcao lógicamente y pese a que lo intentó, no solucionó los problemas del Mónaco con balón. Germain tendría la última ocasión del partido pero volvió a aparecer Lopes para declararse amo y señor de la noche y de los palos de Gerland. Victoria del Lyon, tercera derrota del Mónaco, que el año pasado necesitó 22 partidos más para ello y ya pensando en el Martes ante el Bayer, donde o mejora radicalmente o la goleada puede ser importante.