OPINIÓN | El machismo vuelve al fútbol francés

Creíamos que éramos los más avanzados, creíamos que podíamos volver a innovar en el fútbol, creíamos que éramos los primeros en todo pero no fue así. Francia es un país que vuelve a dejar claro que más allá de sacar pecho por revoluciones liberales, es machista. Es machista porque acaba de forzar la dimisión de la primera entrenadora de un equipo masculino profesional. La noticia nos sorprendió a más de uno el pasado lunes, pero si es cierto que lo primero que pensamos fue en motivos machistas. Y no han sido tan graves, pero así fueron. Expliquemos las razones por los que la portuguesa ha abandonado el Clermont.
En primer lugar, hay que matizar que el fichaje de Helena Costa es petición personal de la directiva del club. Había triunfado en el Benfica femenino y en el fútbol femenino en general era una persona muy reconocida. Hasta ahí bien. Helena firma y sus primeros días en Francia son positivos. La gente alaba la gestión del Clermont con su fichaje y el club intenta que este sea el inicio de las diferencias hombre-mujer en el mundo del fútbol. Pero lo que no sabe nadie es que Helena Costa ya tiene en su primera semana la primera burla. Un jugador del equipo declara a la radio que ha buscado en Google su nombre para ver si estaba buena o no. Claro, a simple vista la noticia puede ser graciosa, pero eso dolió mucho a Helena Costa, criada en uno de los barrios más pobres de Portugal y acostumbrada a recibir burlas de los más capitalistas.
Lo segundo que más ha impactado es los aficionados. En los primeros días, varios radicales del equipo de Ferrand entraron en las instalaciones deportivas del equipo a quejarse del fichaje. El Clermont es un equipo que para la próxima temporada aspira a ascender a la Ligue 1, y sus aficionados, al no haberse tragado un partido de fútbol femenino en su vida, creen que una mujer no puede estar a la altura de un ‘grande’ de la Ligue 2. Esto también supuso para Helena Costa un jarro de agua fría, pensando que tendría todo el apoyo tras firmar, según le aseguraron en el Clermont. Claro, que es muy difícil luchar contra el machismo y más si lo potencia un club masculino.
El colmo de los colmos para Costa, fue el director deportivo del Clermont. En primer lugar, éste quiso fichar a jugadores sin el consentimiento de Helena Costa, que al final se acabó enterando y le pidió explicaciones convocando una reunión que nunca se produjo por cancelación de la directiva. En segundo, Helena Costa le envió varios correos antes de la pre-temporada para ver si podía obtener algún fichaje y planificar amistosos, que después le explicarían que ya estaban acordados desde antes de su llegada, cuando no fue así. El director deportivo del Clermont se encontraba en la playa y en su yate días antes del comienzo de la pre-temporada de su equipo, y, cuando vio los correos, respondió a Helena que estaba cansándose de la pesadez suya y que no estaba a su disposición Al final, Helena Costa convocó una reunión con su presidente, y éste, le abrió sus puertas malhumorado por las quejas recibidas desde la secretaría directiva. Helena Costa no pudo explayarse ni explicar las razones por las que no estaba a gusto, debido a su falta de confianza que el propio Clermont no había querido erradicar. La paciencia tiene un límite y Costa dimitió horas después de la ‘reunión’ con su presidente. Lo que parecía un hecho histórico se ha convertido en el enésimo caso de machismo en el fútbol.