El Sochaux aplaza el alirón del PSG
Tremendo ambiente en el Auguste Bonal, la llamada del club para no dejar solos a los suyos en este importantísimo partido surtió efecto y se recogió la mejor entrada de la temporada. Los hombres de Hervé Renard llegaban con la presión de los resultados del día anterior, la victoria del Guingamp colocaba a 5 sus aspiraciones de permanencia. Por su parte el PSG llegaba sin mucha presión, sabiendo que si ganaban hoy eran campeones.
Los primeros 20 minutos no nos sorprendieron, el Sochaux salió a presionar muy arriba a los hombres de Blanc que tenían muchos problemas para sacar la pelota jugada, la baza de los parisinos era la mala defensa local que tuvo varios errores infantiles a lo largo de la primera parte que pudieron costar muy caros. El Sochaux lo intentaba una y otra vez, sobre todo colgando balones al área y a a pelota parada, pero se encontraron con un Sirigu muy seguro en todas sus salidas. En el minuto 24 un extraordinario pase de Motta que Cavani controló con el pecho para meterla por debajo de las piernas de Pelé, mazazo para los de Reanard que hasta el momento estaban haciendo un buen papel. En el último minuto dispuso el cuadro sochalien de la más clara, Roudet tuvo el empate pero Sirigu con los pies la sacó.
La segunda mitad comenzó con un ritmo alto, los locales seguían buscando el empate y en una jugada desgraciada Thiago Silva se marcaba en propia, era le minuto 56, los parisinos lo intentaban y Verratti tuvo la más claro pero un inspirado Pelé envió a córner el remate a bocajarro del italiano. El partido seguía jugándose con mucha intensidad, a esto se le sumaba la garra y corazón que ponían los locales que tuvieron la más clara en el minuto 72 cuando en una 3 para 2 Bakambu por apenas centimetros no llegó a conectar con el balón tras pase de la muerte de Ayew… En las gradas cantaron el gol.
El Sochaux deberá seguir peleando, quedan 9 puntos y están a 4 del Evian y Guingamp, todavía hay un rayo de esperanza, por su parte el PSG deberá esperar otra jornada para definitivamente proclamarse campeón de la Ligue 1.
