Cuando Gignac llegó al OM la prensa francesa llegó a aventajar que el delantero francés sería uno de los mejores del siglo, igualando a jugadores como Trezeguet, Henry o el propio Benzema en lo más alto de la élite mundial. Lo que no sabía la prensa es que en su primer año en el club, el sobrepeso que arrastraba desde su época en el Toulouse y el espectacular nivel que atesoraron Rémy y Brandao durante toda la temporada le dejaron prácticamente sin protagonismo en un OM que buscó su venda en el mercado de verano de 2012.

El Gignac de Toulouse desapareció y el OM tuvo que vender a sus dos delanteros al entrar en una crisis económica. Fue entonces cuando Baúp volvió a confiar en él y el delantero francés devolvió la confianza a base de goles. En su segunda temporada en Marsella, Gignac marcó once goles más que en su primer año. No sólo mejoró las cifras goleadoras, dio siete asistencias más y además, adelgazó cinco kilos, lo que le permitió volver a rendir al máximo nivel que los aficionados le reprochaban desde hace ya varios meses.

En su tercera temporada -La presente- Gignac ha igualado en el mes de Febrero todos los goles que anotó la temporada pasada en Ligue 1. Es más, su rendimiento según los expertos está siendo superior al que en su día llevó al segundo puesto al Toulouse en la Ligue 1. Está disfrutando, está sonriendo y eso es bueno para un equipo que vive una de sus peores situaciones económicas y deportivas de las últimas temporadas. Cierto que tuvo muchos problemas con Deschamps en su primera temporada en Marsella. El actual seleccionador francés ha declarado en numerosas ocasiones, que si Gignac merece a la selección, olvidará sus problemas que tuvo en el pasado con él y se lo llevará. Los 18 goles que lleva André en todas las competiciones superan en dos a Giroud y sólo se coloca por detrás de Benzema en la tabla de máximos goleadores franceses en las grandes ligas. La selección es una opción factible para él y él lo sabe bien.