Giuly, mito y leyenda en su estadio

Quién no recuerde a Ludovic Giuly es porque no ama el fútbol. Su calidad, su velocidad punta, su extremada verticalidad y su capacidad goleadora fueron suficientes para coronarlo como uno de los mejores jugadores franceses del principio de siglo. Los aficionados del Barcelona también admiran profundamente a Giuly. Y no sólo por verle llorar con el Mónaco tras eliminar al Real Madrid con un gol suyo en la final de la Champions League, sino también porque fue un símbolo del barcelonismo en la Champions de 2006. Giuly se perdió la final de 2004 con el Mónaco tras lesionarse a los tres minutos y tuvo tiempo de redimirse en 2006. Primero, porque gracias a su gol en San Siro al final el Barcelona pudo disputar la final de París ante el Arsenal, que también acabaría ganando con un Giuly superlativo.
El francés dejó el Barcelona en 2007, y a partir de ahí, su carrera comenzó a diluirse como una gota de agua en medio de una tarde cálida. Pero antes de su emotiva retirada en un Lorient-PSG, Giuly quiso volver al lugar donde comenzó a forjar su leyenda. Giuly volvía en 2013 a Monts D’or Azergues, el club más modesto de Rodano, y el tercero en discordia tras Lyon y Saint Étienne. Es un equipo sin historia, pero que tuvo la suerte de acoger a Giuly cuando éste daba sus primeros coletazos en el fútbol.
El Monts D’or Azergues ascendió la temporada pasada a CFA, equivalente a la cuarta división francesa. El equipo se refundó en el año 2000, y desde entonces, ha ido ascendiendo poco a poco de categoría en categoría, sobreponiéndose a las numerosas deudas que acechan al club año tras año. El equipo juega en la localidad de Chasselay, un pequeño departamento situado a sólo 24 kilómetros de Lyon, precisamente en el Lyon, Giuly dio el salto a la élite mundial. Dicen que los mejores jugadores del Monts D’or se marchan al Lyon desde edades muy bajas, por ello actualmente se comenta que hay muchos futbolistas del Lyon que han pasado antes por este modesto club, pero que no guardan registro alguno debido a la escasa edad a la que han emigrado al segundo club más potente de Rodano, tras el Saint Étienne.
Giuly se retiró oficialmente del fútbol en Mayo, y ante su ex equipo también, el Paris Saint Germain. Sus lágrimas evidenciaban que su final había llegado. Pero no fue así. El Monts le ofreció a Giuly la posibilidad de volver al equipo y de ser la principal estrella para intentar conseguir un ascenso a tercera que nunca se ha producido en la historia del club. Giuly aceptó, y pronto se convirtió en un jugador vital para el equipo. Eso sí, las limitaciones de Giuly ya eran evidente. A sus 37 años ha perdido flexibilidad, velocidad y potencia y le cuesta mucho terminar los partidos en el ámbito físico. Ha marcado tres goles durante toda la temporada y el equipo se encuentra en posiciones de descenso. Lo único que le aliviaba a Giuly era la Copa Francesa, un torneo que él mismo había ganado en 2010 con el Paris Saint Germain y que le trae grandes recuerdos al extremo francés.
La temporada del MDA Chasselay no está siendo del todo buena. Tras un inicio esperanzador, el equipo ha ido deshinchándose poco a poco a tal punto de estar en posiciones de descenso en cuarta división. La Copa era una vía de escape y eso que el equipo estuvo disputando varios partidos con los suplentes, centrándose en la liga. El caso es que tras superar varias rondas, el partido de 1/32 era el más importante del año para el club. No sólo por los bonus de la federación al pasar de ronda, sino porque era una oportunidad única para mostrarse al país. Y claro, en la Copa, todo puede pasar.
El rival del Monts iba a ser el Istres. Un equipo venido a menos en los últimos años y que milita actualmente en la segunda división francesa, por lo que el partido no iba a ser nada sencillo. Y así fue, dominio visitante durante los 90 minutos. Pero en este tipo de partidos, la veteranía de un jugador como Giuly es fundamental, te llames PSG o te llames MDA Chasselay y que nadie te conozca. El ex del Mónaco marcó el 1-0 en su propio estadio, en el que le vio crecer de pequeño y que ahora lleva su nombre. El Istres empató poco después, pero volvió a sucumbir ante el MDA Chasselay en la tanda de penaltis en la que Giuly no marcó pero si que tiró del carro en la prórroga. Es la primera vez que este club llega a dieciseisavos de la Copa de Francia, y el hecho de poder enfrentarse a un Ligue 1 en dicha ronda aumenta aún más las ganas de un Giuly que todavía quiere demostrar que tiene mucha tela que cortar. Veremos si sigue agrandando su leyenda el francés, porque de momento, ya la ha escrito en el modesto club de Rodano.