Lucien Muller: Del Madrid al Barça
A principios de siglos varios jugadores de origen francés recalaron en los dos equipos más grandes del panorama español. Fenouillere, Normand 0 Carlier por parte del Barcelona, y Pedro Paragés o los hermanos Petit de Ory en las filas del Real Madrid.
Durante más de 30 años, siempre los jugadores del conjunto catalán habían emigrado al eterno enemigo. Sin embargo fue un francés, Lucien Muller, quien rompió con esta estadística. En 1966, el Barcelona obtiene el fichaje del jugador del Real Madrid, consiguiéndose así por primera vez en la historia el traspaso de un futbolista de calidad de Madrid a Barcelona. Anteriormente Henry Normand Faurie fue el primer francés en vestir la camiseta de ambos conjuntos.
El jugador de Alsacia pasó por el Estraburgo, Toulouse y por el famoso Stade de Reims, antes de llegar a las filas del Real Madrid en 1962 con 28 años de edad.
En Reims, con Just Fontaine y Raymond Kopa consiguió dos títulos de campeón de Francia. No obstante, en Madrid ganaría tres veces consecutivas la competición liguera, cayendo en la final de la Copa de Europa de 1964 ante el Inter de Milán.
Tras estos tres años de blanco, Muller dejaría la capital de España para enrolarse en las filas del Barcelona, donde demostraría una mejoría notable en su juego.
A sus 31 años, conseguiría su único título europeo, la Copa de Ferias, es decir, la pasada Copa de la UEFA. Dos años más tarde, Don Luciano, levantaría la Copa de España con el cuadro catalán, siendo el primer francés en levantar este trofeo.
Tras este periplo español el «pequeño Kopa» regresaría a tierras galas, donde militaría en el Stade de Reims dos años más hasta su retirada. Al finalizar su etapa como jugador, decidió hacerse cargo de los banquillos. Su primer club fue el CD Castellón en 1970, para más tarde entrenar al Burgos, Zaragoza y regresar a la que fue su casa, Barcelona en 1978, convirtiéndose en el único técnico francés en entrenar al conjunto blaugrana.
Sin embargo, la suerte le fue esquiva y rápidamente fue destituido por Joaquim Rife. Tras ello, regresaría a Burgos para luego entrenar al Mallorca. A pesar de todos los banquillos visitados, no lograría ningún título en España.
Después de abandonar la Península Ibérica, Muller vuelve a su país de origen, donde entrenaría al Mónaco consiguiendo la Copa de Francia en 1985, su primer y único título como entrenador. Sus últimos coletazos como técnico los volvería a dar en Mallorca, para cerrar definitivamente su carrera en 1992 en el club que le dio la oportunidad como entrenador, el CD Castellón.
