Bernard Lama da la pelota del partido al héroe Rai (via psg.fr)

El PSG había perdido el primer partido de los cuartos de final de la Champions League en Italia 1 a 0. Lo que para clasificarse obligaba a los parisinos a marcar al menos dos goles, siendo nefastos los tres últimos precedentes en el Parque de los Príncipes frente a equipos italianos, con un empate, dos derrotas y ni un gol a favor: Nápoles (0-0), Juventus (0-1) en 92-93, y AC Milan (0-1) en 1995. En la primera ronda el único gol fue marcado por la leyenda búlgara Hristo Stoickhov.

Para este partido, el entrenador Luis Fernández no pudo contar con Youri Djorkaeff y Vincent Guérin a causa de una lesión (el segundo estuvo sin embargo en el banquillo). Decidió alinear un once muy ofensivo con un tridente Pascal Nouma – Julio Cesar Dely Valdes – Patrice Loko, muy temido en Francia por aquel entonces.

Después sólo 8 minutos, el PSG obtuvo un penalti a favor cometido por un joven Fabio Cannavaro (Balón de Oro 2006). El campeón del Mundo en 1994, Rai, lo transformó sin problema (1-0). Los italianos empataron gracias a Alessandro Melli y un fallo de Bernard Lama, que estaba considerado como uno de los mejores porteros del mundo. Durante los 10 minutos siguientes, el PSG fue invisible, pero Patrice Loko dio de nuevo la ventaja a los parisinos en el minuto 38 (2-1). El portero internacional francés salvó algunos instantes después a  los parisinos con un paradón frente a Pin. El partido comenzó a catalogarse de leyenda debido a su intensidad, sus continúas ocasiones, y su énfasis.

Al la vuelta del vestuario, ambos equipos estaban muy crispados. Cualquier fallo podría ser fatídico para el aficionado. El PSG, con Daniel Bravo a la cabeza comenzó a dominar el encuentro. Después de un córner del Petit Prince du Parc, Laurent Fournier recupera la pelota, dribla, y cae en el área. ¡Penalti! El segundo del partido. Y como siempre, Rai marca (3-1). Los italianos están KO.

El PSG se clasifica para su segunda semifinal europea consecutiva. El héroe del partido declaró a los medios franceses : «Me gustó siempre tirar los penaltis. En estos momentos, todo se para. Había cerca de 50.000 personas silenciosas, saboreando el instante. En un gol ‘normal’, sólo hay placer. En un penalti, vives también un gran momento antes de tirarlo».