Si hacemos caso y nos creemos las palabras del Presidente Nasser Al-Khelaïfi, el puesto de Blanc no peligra y acabará el año, pero ¿está el Parc des Princes para seguir como hasta ahora? Está claro que no.

Si nos atenemos a los antecedentes de Nasser con sus entrenadores está claro que Blanc no será destituido de su cargo ya que de las tres secciones que hay en el PSG solo ha despedido a un entrenador, Antonie Kombouare, y porque era el entrenador escogido por la directiva anterior comandada por Robin Leproux. Sino ningún entrenador hubiera caído y eso que tanto Ancelotti como Gardent o Benstiti hicieron mas que méritos para que los despidieran o los despidan como es el caso de los dos últimos.

Pero como las palabras se las lleva el viento, Blanc sabe que su futuro inmediato se juega en las dos semanas siguientes donde el PSG viajará a Caen y Toulouse y recibe al Barcelona y Mónaco. Si los resultados de Blanc no son buenos el puesto peligra. Además Nasser que le debe a Blanc mucho, ya que Blanc consiguió convencer a Ibrahimovic hace dos veranos para que siguiese en París y no se marchase ni Ibra, poco podrá ayudar al técnico de Alès para que siga en su cargo. Nadie va a conseguir parar el vendaval de críticas de crispación y pitadas que va a haber en el Parc des Princes y en la prensa las siguientes semanas.

Blanc e Ibra durante la temporada pasada
Blanc e Ibra durante la temporada pasada

Por si acaso el PSG ya ha empezado a sondear la situación de varios entrenadores. El técnico que más opciones tiene a dáa de hoy para ser el sustituto de Blanc si éste no le da la vuelta a la situación, es ni mas ni menos que Roberto Mancini. Es un entrenador que está en paro y que conoce bien a Ibra, el cual habría dado el visto bueno a que Mancini llegase a Paris hasta final de temporada. Con un sueldo alrededor de los 8 millones de euros, firmaría para dos temporadas.

Lo que esta claro es que Blanc sabe que en la Place de la Concorde ya se está preparando para que sea guillotinado delante de todo el pueblo, que esto suceda está en sus manos y en la de los jugadores.