Puel-Sagnol, reencuentro esperado

La temporada 1999-2000 fue un año mágico para el AS Mónaco. Los monegascos estaban sumergidos en una transición bastante difícil de digerir tras haber perdido en los últimos años a dos leyendas como Thierry Henry y sobre todo, Arsène Wénger, entrenador que devolvió a la gloria al club. Sin ellos, llegó Claude Puel, un técnico joven con un estilo similar a Wénger que daría la sorpresa en el 2000 ganando la Ligue 1. En aquella plantilla, formada por futbolistas de la talla de Barthez, Giuly, Dado Prso o David Trezeguet, se encontraba un joven defensa llamado Willy Sagnol, que se dio a la fama en el Mónaco para después triunfar en el Bayern y ser considerado uno de los mejores laterales de la historia del fútbol francés. Puel se reencuentra con Sagnol ahora en el Niza-Girondins, partido de rachas contrastadas pero emotivo por un reencuentro muy esperado.
Claude Puel, entrenador del Niza, un veterano ya curtido en mil batallas en los banquillos, recuerda a Sagnol: «Era uno de los jugadores más jóvenes de aquella plantilla. Pasó por muchas posiciones, hasta que le acoplamos de central. Era un jugador que sabías que iba a ser entrenador por su jerarquía táctica sobre el campo» indicó el padre de Grégory Puel, muy criticado por el enchufe que está ejerciendo sobre su hijo en el club.
Tan buena relación tenía Sagnol y Puel, que el propio Puel desvela varias de sus anécdotas: » Éramos amigos fuera del campo. Había días que me sentaba en una mesa a tomarme un vino con él. Hay relaciones, como esta, que van más allá del fútbol.» Incluso Puel recuerda que Sagnol le invitó a un partido en 2008 contra el Girondins de Burdeos, cuando el ex jugador se encontraba en el Bayern de Múnich.
Sagnol tampoco tiene problemas para alabar a su homólogo en el Niza, y no duda en él a la hora de elogiarlo: «Me ayudó mucho como jugador, así que será un verdadero placer verle el sábado en el banquillo. Claude nunca me decía nada malo, y eso que era mi entrenador. Tengo un enorme respeto hacia el Puel entrenador, casi mayor al que tengo a los seres humanos. Siempre llevó hasta el final sus valores y sus creencias»
Elogios aparte, el Niza tiene un partido decisivo ante un Girondins que viene de golear al AS Mónaco por 4-1 y en un estado de gracia. Aunque el Niza tampoco viene mal, y en caso de derrotar al Girondins, podría incluso soñar con una primera plaza inédita a principios de verano, tras haber perdido a muchos jugadores clave en el proyecto. Cvitanich es baja y su lugar lo ocupará el criticado Honorat, que ante el Lorient pasó desapercibido y acusando la dependencia que tiene el equipo en el argentino. Por su parte, los de Sagnol no saben si podrán contar ni con Diabate, ni con Plasil tras un golpe en su espalda.