Habían ganado. Desafiando al Goliat, al que gastó 100 millones para reinar en Francia. Nadie lo olvidará, o bueno, eso parecía. A día de hoy nadie se acuerda que hace dos temporadas, el Montpellier le ganó sin gastar prácticamente nada-Sólo dos en Bedimo y porque fue opción de compra- al PSG una Ligue 1. Algo que a día de hoy uno pensaría que fue un sueño, ya que si atendemos a los resultados posteriores a dicha hazaña, el club de la Mosson no ha mejorado la decimoquinta plaza y el PSG no ha bajado del primer escalón. Pero claro, el Montpellier se encontró con una liga que no contaba y jugadores que antes de ella eran de nivel medio se convirtieron en estrellas para el fútbol europeo. Ahora, con el traspaso de Cabella al Montpellier, se cierra quizás la mejor generación de futbolistas que jamás ha tenido el club. Courbis y Nicollin tienen mucho trabajo en verano para hacer un equipo fiable que asegure como mínimo mantenerse en la primera división del fútbol francés, que ya es decir.

Giroud es la baja que más daño ha provocado al Montpellier desde 2012.

El primero en decir adiós al Montpellier no fue otro que Olivier Giroud. Sus 21 goles fueron suficientes para que el equipo entrenador por aquel entonces por Rene Girard se llevara la primera liga de su historia. Tuvo ofertas de media Europa y tras meditarlo bien, se marchó al Arsenal, donde coincidiría con Henry. Sin él, el Montpellier lo ha intentado de todas las maneras para olvidarle, y a día de hoy sigue sin conseguirlo. Fichajes frustrados como los de Emanuel Herrera o Charbonnier evidenciaron la mala gestión de un Montpellier que sólo con Niang al final de la pasada temporada dio síntomas de haber encontrado a un buen delantero. Pero continuando por esta línea descendente, no efectuó la compra por el joven delantero francés y fichó a Bérigaud, un buen delantero pero de nivel medio que es poco probable que se acerque a los 21 goles que en su día hizo el bueno de Giroud.

El socio de Giroud en aquel Montpellier fue Younhés Belhanda. El marroquí se quedó una temporada más que Giroud en Francia pero también, como el delantero, salió, y éste por dinero, a Ucrania. Belhanda escondió a la temporada siguiente algunas carencias del equipo de Girard en el juego. Su calidad y su brutal disparo le dieron al Montpellier muchos puntos. Tras su salida, llegó la explosión del alumno aventajado, de Rémy Cabella. El francés ha marcado 14 goles y ha dado dos asistencias menos en este curso, haciendo olvidar a Belhanda. Pero sin Cabella, el Montpellier no ha tenido un jugador que digamos que pueda dar el relevo a su jugador más determinante en el presente curso. Morgan Sanson es una promesa pero está a años luz de Cabella y Aït Fana prácticamente no tiene minutos con el Montpellier, pese a ser una pieza más o menos importante hace dos años en el equipo del sur de Francia. Por lo que hay que fichar sí o sí si el Montpellier no quiere agrandar su agujero ofensivo que se ha difuminado desde la marcha del mencionado Giroud.

En el centro del campo también encontramos numerosas dificultades que vienen desde la marcha de Tino Costa al Valencia. Pese a que sin él el Montpellier ganó la Ligue 1, es evidente que sigue añorando a un medio centro que de equilibrio y sepa distribuir el juego. Ese fue el chileno Marco Estrada, que abandonaría el club para irse al dinero de Catar. Sin él el equipo no ha tenido a un organizador, ya que Estrada hizo olvidar a Tino Costa pero sin Estrada, la cosa ha sido distinta. En este contexto ha aparecido Vincent Stambouli, coronándose como una alternativa a los medio centros franceses jóvenes. Es táctico y con buen trato del balón pero no ha podido tener la misma repercusión que tuvo un playmaker como lo fue Estrada en su día en el Montpellier. Por ello, esperemos que la directiva mueva pronto fichas si no quiere pasar otro año sabático en el centro del campo, uno de los eslabones en este curso del equipo de Rolland Courbis.

Yanga-Mbiwa ha sido otra baja que no ha podido cubrir el Montpellier.

La defensa es la línea que más variaciones ha sufrido. De aquel Montpellier campeón sólo queda uno, y es Vitorino Hilton, clásico futbolista que vive el año de su vida en 2012 y después se desmoraliza y no juega como debería hacerlo. Yanga-Mbiwa, el auténtico mariscal de aquel equipo, salió en 2013 al Newcastle.  Con su dinero fichó a Congré, que ha jugado más de lateral derecho que de central y a un nivel bastante flojo; y confió en El Kaoutari, de la cantera, futbolista que ha dado un gran nivel al Montpellier pero que obviamente, no está al nivel de aquel Yanga-Mbiwa, que parecía una roca infranqueable. En la derecha, Bocaly ha sufrido lo mismo que Hilton. No ha rendido al nivel que se esperaba y Congré, que ha actuado en dicha demarcación, tampoco lo ha mejorado. El joven Deplagne ha sido una alternativa que sigue siendo factible a día de hoy, pero lo que se espera es un fichaje más, ya que Bocaly ha terminado contrato y el club no tiene intención de renovarlo. En la izquierda es dónde el Montpellier ha tenido más dificultades de toda su defensa. La salida de Bedimo la temporada pasada con destino Lyon, tras haber sido uno de los mejores laterales izquierdos de la liga francesa durante dos años consecutivos, lo debilitó considerablemente. El fichaje de Tienê, tras un año en el que disputó 45 minutos con el PSG, no fue suficiente y la baja de Bedimo a día de hoy sigue siendo un problema sin resolver para un Montpellier que en la portería ha mantenido a Jourdren, decisivo en la Ligue 1 de 2012 y que no ha recibido ofertas de grandes equipos por su veterana edad.

Son tiempos difíciles para el Montpellier, y la venta de Cabella puede preludiar unos meses donde los de la Mosson estarán peleando por no descender. Ya lejos queda aquella liga cosechada frente a todo pronóstico y que seguramente no volvamos a vivir nunca.

 

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