Sylvain Kastendeuch: Homenaje al juego limpio

Sylvain Kastendeuch en su última época en el FC

Cuando hablamos de un jugador “leñero”, siempre nos vienen a la mente los jugadores que desempeñan labores defensivas. Como consecuencia de su rol en el campo deberían ser más propensos a la expulsión, o al menos así era hace 20 años.

¿Quién no conoce algún defensa que no haya sido expulsado? Pocos habrá, claro está. Pero si contamos que ese defensa en cuestión hubiese disputado más de 700 partidos al más alto nivel, a mí se me ocurre un único nombre, Sylvain Kastendeuch.

Sylvain Kastendeuch en su última época en el FC
Sylvain Kastendeuch en su última etapa en el FC Metz.

Nacido hace 51 años en la localidad de Hayange, capital de la Moselle, ubicada en la región de Lorraine, Kastendeuch pronto se convertiría en el principal pilar defensivo del FC Metz. No sin antes pasar por el ya desaparecido ASPTT Metz, de donde daría el salto al equipo más importante de la zona.

En la temporada 1982, un año después de ingresar en el club, debutaría  con el primer equipo de la mano de Henryk Kasperczak, actual seleccionador de Mali. Con casi 20 años  ya sería titular con los “Grenats” ocupando el lateral derecho, posición que poco después abandonaría.

En ese partido de debut contra el Saint Étienne, ya se vieron las buenas maneras del joven jugador, quien todavía tendría que hacer el servicio militar. Curiosamente tomaba armas en el Batallón de Joinville, donde grandes deportistas como Michel Platini, Bixente Lizarazu, Richard Virenque o Yannick Noah, rindieron honores a la patria.

En 1984, Sylvain sería cedido al Red Star de la Division 2, donde siguió demostrando sus buenas dotes en la zaga. Al año siguiente, regresaría a la Moselle esta vez a las órdenes de Marcel Husson, quien le volvería a hacer jugar de lateral derecho, estando la posición de líbero ocupada por Fernando Zappia.

Tras la marcha de Zappia, Kastendeuch ocuparía el eje central de la retaguardia del Metz, lo que propició que el seleccionador galo, Henri Michel, le hiciera debutar con “Les Bleus” en un partido de clasificación para la Eurocopa de 1988 frente a la extinta RDA.

Sus galones poco a poco fueron aumentando y tras consolidarse como internacional galo, fue nombrado capitán de “Les Messins” logrando su primer título de campeón de Copa ante el Sochaux en 1988.

Con la llegada de Michel Platini al banquillo de la selección, apenas pudo disfrutar de minutos y quedó en poco tiempo fuera de la convocatoria, por lo que optó por centrarse de nuevo en su club llegando a disputar competición europea.

Tras los buenos años en el Metz, decidió marcharse en 1990 al Saint-Étienne donde disputó tres temporadas a un gran nivel, sin embargo, la llegada de un emergente Laurent Blanc precipitó su fichaje por el Toulouse de Alain Giresse, donde pasó su peor temporada, ya que descendería a la competición de plata.

Kastendeuch con "Les Verts"
Kastendeuch con «Les Verts»

Tras tener que decir adiós al Stade Saint-Symphorien dos veces, volvería definitivamente para acabar su carrera deportiva en el club que le brindó la oportunidad del profesionalismo. Siete temporadas en las que el FC Metz viviría sus mejores años. Una Coupe de la Ligue en 1996 frente al Lyon y el “maldito” subcampeonato del 1998, donde la diferencia de goles con el RC Lens le privó de conseguir el ansiado título liguero.

Y es que Sylvain, era un hombre de hierro con un corazón de oro. Se permitió el lujo de estar casi cuatro temporadas, alrededor de 120 partidos, sin perderse ni uno solo. Buena parte fue porque las lesiones le respetaron, pero también alabar su buen trato hacia la piernas de los contrarios y sobre todo la amabilidad con la que respetaba las decisiones arbitrales.

Tras haber jugado en todas las competiciones posibles a nivel de clubes, Sylvain Kastendeuch pondría fin a su carrera en 2001 tras estar 19 años en la élite del fútbol. Sin embargo, no lo iba a hacer como a él le hubiera gustado. Pongámonos en situación.

Última jornada de Liga ante el Girondins, el Stade Symphorien lleno para despedirte definitivamente del mundo del fútbol. Regalos, elogios y aplausos de los tuyos hacia ti. Sin embargo, el partido comienza y a los cinco minutos caes redondo sobre el tapete. Un pelotazo de Bonnissel en toda la cara hace que pierdas la consciencia y que te pases toda la noche en un hospital en observación. Toda una vida sin ser expulsado y tu premio final es un pelotazo. Como diría aquel: «El fútbol es injusto».

Y no sólo, se ha llevado palos en el fútbol. Tras su retirada decidió meterse en política, deportiva, pero política. Concejal de deportes de Metz, presidente del sindicato de jugadores (UNFP), siempre ayudando a los más desfavorecidos deportivamente hablando. Y es que Sylvain…¡No se puede ser tan bueno!

 

 

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