Chris Waddle: Locuras en Marsella

El 1 de julio de 1989 el polémico Bernard Tapie rompió el mercado al pagar 4,5 millones de liras, cifra récord en ese entonces, para que el ex Newcastle y Tottenham, Chris Waddle, vistiera la camiseta del Olympique de Marsella.

Con su extravagante (por no decir feo) peinado conocido como Mullet, llegó al último campeón de Francia para sumarse a un equipo que ya contaba con Jean Pierre Papin y que en las siguientes temporadas se reforzaría con nombres como Dragan Stojkovic, Jean Tigana, Abedi Pelé y Laurent Fournier. Un Marsella que marcaría una época en la Ligue 1.

Llevando la pelota pegada a su pierna zurda, dejando rivales por el camino por las bandas (en especial la derecha), como el gran wing que era. Waddle brilló en esa primera temporada jugando 50 partidos en total y anotando 12 goles.

El amor se volvió incondicional. La gente deliraba con las “locuras” que hacía dentro del campo de juego: caños, tacos, sombreros, todo el repertorio de un crack. Al talento le sumaba su carisma. Siempre con una sonrisa, contando chistes, vistiendo ropa colorida y hasta incursionando en el mundo de la música. Al igual que en 1987, cuando junto a Glen Hoddle grabó “Diamond Lights”; en 1991 con su compañero Basile Boli hicieron el tema “We’ve got a feeling”. No conformes con la tortura auditiva, grabaron un video muy alucinógeno en donde ambos pasan por distintas situaciones: desde guardias del palacio de Buckingham hasta cantarle a bananas o estar en el cielo con una cebra, mientras se abusan del uso de un, por entonces, novedoso croma. Pero claro, todo se le permitía a “Magic Chris”,  como lo bautizaron en esa época ya que pasaba sus tiempos libres viendo VHS del programa del mago Paul Daniels.

Un nuevo título liguero llegó en la 90-91 que fue acompañado por la hazaña de eliminar al Milan de Arrigo Sacchi en semifinales de Champions League y jugar la final en el San Nicola de Bari frente al Estrella Roja de Yugoslavia, que tenía entre sus filas a Robert Prosinecki, Sinisa Mihailovic, Vladimir Jugovic y Dejan Savicevic, entre otros. Luego del 0 a 0 que persistió inclusive en el alargue, los yugoslavos ganaron 5 a 3 la tanda de penaltis (o pelanty como Waddle lo pronunciaba) con Waddle sin poder patear ya que fue designado último.

La final perdida no le cambio el ánimo y se consagró tricampeón de Francia en la 91-92. Esa fue su despedida ya que se marchó al Sheffield Wednesday. Su huella ya estaba marcada en el corazón de los hinchas que lo eligieron en 1998, por el centenario del club, como el segundo mejor jugador, por detrás de Papin, en la historia de Les Phocéens