EDITORIAL: Maldita fortuna parisina

No es el culpable Kevin Trapp. No tiene la culpa de que las oportunidades que ha tenido su equipo se hayan desaprovechado. No hay que buscar culpables. El París Saint-Germain ha realizado un grandísimo encuentro pero le ha faltado la suerte de los campeones. Una fortuna que sí le ha sonreído al Real Madrid, la cuál está diez veces multiplicada por la del PSG, que es nobel en este tipo de encuentros a pesar de jugadores de gran experiencia.

El camino es éste. Aunque no se haya ganado en el Santiago Bernabéu, hay que saber qué directrices tomar y qué líneas adecentar. Blanc hoy lo ha conseguido. Si lo primero que hace Cristiano Ronaldo tras acabar el partido es ir a verte, es que tu plan ha funcionado. La sensación que queda es la de un equipo ganador que ofrece un fantástico fútbol pero que en un momento puntual no ha sido capaz de marcar un gol. ¡Qué pecado!

Es el Real Madrid. Es el Bernabéu. Si alguien pensaba que se podía ganar es que realmente ingiere psicotrópicos. Si en el Parc des Princes se creía que se podía ganar y no se ganó, imaginémonos en Madrid antes cerca de 80.000 almas blancas. No es locura, es la realidad. Cuando el PSG, alcance una final o más sencillo, una semifinal, se puede creer en ganar a equipos de esta talla. De momento, hay que conformarse con ganarle el partido técnica y físicamente. La suerte vendrá por sí sola. Sino, Nacho no habría conseguido el gol de la victoria madridista. Hay que estar en el momento y lugar oportunos para triunfar.