El futuro de Italia está en París

Una vez que finalice la participación de Italia en el Mundial de Brasil, dos leyendas como Gianluigi Buffon y Andrea Pirlo no jugarán más para la Nazionale. Con esa decisión tomada, Cesare Prandelli mira hacia el futuro, ve a París en el horizonte y divisa a Salvatore Sirigu y Marco Verrati.

No es casualidad ya que, desde la llegada de Nasser El-Kheleafi, el club parisino tiene como referente al Calcio: Leonardo (ex director deportivo), Zlatan Ibrahimovic, Ezequiel Lavezzi, Thiago Motta, Edinson Cavani, Thiago Silva, Jeremy Menez y Marquinhos vienieron procedentes de equipos de ese país.

Ninguno de los dos jugó en un equipo “grande” de su país. Verrati no disputó ni un solo minuto en Serie A ya que, luego de ser campeón con Pescara en la Serie B en la temporada 2011/2012, saltó al PSG.  Es conocido con el apodo de “el pequeño Pirlo”, maneja la salida del equipo siempre con la cabeza levantada, viendo el panorama y buscando al mejor receptor. Le falta gol (solo tiene dos en toda su carrera y el último fue el 29-5-2011 vs Cittadella) pero con tan solo 21 años se ganó un lugar entre las estrellas del  mediocampo. Con la selección solo disputó cuatro partidos pero su nombre es fijo en la lista de 23.

Surgido de Palermo, y con breves pasos por Cremonese y Ancona, Sirigu llegó a la ciudad de las luces en 2011, luego de ser sub campeón de la Coppa Italia con el conjunto Rosanero. No se perdió ni un solo minuto por Liga en estos tres años, teniendo una progresión y una maduración que lo llevan a ser uno de los arqueros más fiables de las grandes ligas europeas. Con sus 27 años tiene solo siete encuentros disputados con el buzo de Italia (ninguno oficial), pero ya integró los planteles que fueron subcampeones en la Eurocopa de 2012 y terceros en la Copa Confederaciones de 2013.

Ambos llegarán a Brasil sin ser titulares, pero sabiendo que a partir de julio serán quienes asuman la responsabilidad de comandar, dentro del campo de juego, a una de las selecciones más importantes de la historia del fútbol mundial. El talento está, la personalidad también, solo queda ver qué camino hacen.